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Leoncio Castrejón Salgado/opinión.
A raíz del proceso de descentralización en nuestro país, los estados, municipios y entes descentralizados o autónomos como la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), deben por ley, rendir cuentas de los gastos de dinero público.
En el caso de la UAGro, a través del subsidio. Para ello, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), órgano técnico de fiscalización de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión que goza de autonomía técnica y de gestión en el ejercicio de sus atribuciones, es la responsable de la supervisión del ingreso y gasto gubernamental sobre el uso de los recursos públicos, también existen la auditorías estatales, que tienen la obligación de vigilar, fiscalizar y controlar el uso de los recursos, además de los Congresos estatales quienes elaboran los presupuestos y vigilan los recursos una vez ejercidos, por si esto no bastara, existen Leyes de Contabilidad Gubernamental, Leyes de Acceso a la Información Pública, Leyes de Fiscalización y Rendición de Cuentas, por citar algunas.
Es decir, por doquier hay instrumentos y herramientas que vigilan y observan que los dineros se utilicen bajo ciertas normativas y eficientemente.
En la UAGro, a partir de 2013 cuando llega a la rectoría Javier Saldaña Almazán, se inicia la supervisión de manera metódica y sistemática del gasto de dineros públicos, que otorga la Federación y el estado.
En aquellos ayeres, en los primeros ejercicios, la ASF le señaló algunas inconsistencias en los procedimientos, mismas que se solventaron con precisión, transparencia, prontitud y puntualidad. Debido al inicio del aprendizaje.
La institución educativa siempre ha tenido la disposición de acreditar y solventar las observaciones de la autoridad correspondiente. Javier Saldaña Almazán, rector de la UAGro, ha sido de los pocos rectores en el país, en implementar la disciplina financiera en el manejo pulcro y con transparencia de los recursos que se le asignan a la institución vía federal y estatal, sin omitir o descuidar los ingresos propios.
Ya en su segundo periodo rectoríl (2017- 2021), con mayor disciplina y determinación ejerce el manejo del subsidio; siendo de las primeras universidades del país en crear un sistema de austeridad a tono con la nueva administración federal.
El jueves 20 de este mes, David Colmenares Páramo, titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), realizó la tercera entrega del Informe General Ejecutivo del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública de 2018, donde se incluye a universidades, municipios y congresos locales, ante la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados.
En este informe, se destaca que al menos cuatro mil 425 millones de pesos no han podido ser solventados por 21 universidades públicas en el marco de las auditorías realizadas a los recursos federales transferidos durante el ejercicio fiscal 2018, por concepto de Subsidios para Organismos Descentralizados Estatales; siendo el común denominador, el pago de “aviadores”.
Las universidades de Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Zacatecas y Guadalajara son las que tienen más recursos pendientes por comprobar, de acuerdo al informe presentado por la ASF, a la Cuenta Pública 2018.
Y bueno, en el apartado sobre la UAGro, la ASF dictamina que, en el tema de buen gobierno, la Universidad tiene impacto por el liderazgo y dirección; en lo económico, dictamina que revisó una muestra de 1,841.608.0 miles de pesos, que representó el 96.6 por ciento de los 1, 906,839.8 miles de pesos que le transfirió la Federación.
Al 31 de diciembre de 2018, la Universidad había ejercido el 98.4 por ciento de los recursos trasferidos y al 31 de marzo de 2019, se pagó la totalidad de los recursos del subsidio.
El dictamen señala que la UAGro dispone de un adecuado sistema de control interno que le permite atender los riesgos que limitan el cumplimiento de los objetivos del fondo. La observancia de su normativa y manejo ordenado, es eficiente y transparente de los recursos.
El dictamen presentado por la ASF, y en particular los resultados de la UAGro, demuestran el cumplimiento de las leyes, normas y reglamentos para quienes manejan recursos públicos. El conocimiento, profesionalismo, la ética, la transparencia y compromiso con la comunidad universitaria y la sociedad guerrerense, acallaron las voces ociosas carentes de conocimiento y verdad, sin compromiso mínimo y elemental con la Universidad. https://pueblo-guerrero.com/
